Los niños con dificultades de aprendizaje son aquellos que presentan problemas para adquirir, procesar o aplicar la información que reciben en el ámbito escolar. Estas dificultades pueden afectar a diferentes áreas, como la lectura, la escritura, el cálculo, el razonamiento, la memoria o la atención.
Es importante reconocer a los niños con dificultades de aprendizaje lo antes posible, para poder brindarles el apoyo adecuado y evitar que se frustren, se desmotiven o desarrollen una baja autoestima. Algunos signos que pueden indicar que un niño tiene dificultades de aprendizaje son:
- Tiene un rendimiento académico por debajo de lo esperado para su edad o nivel educativo.
- Tiene dificultades para seguir instrucciones, organizar su trabajo o completar tareas.
- Tiene problemas para expresarse oralmente o por escrito, o para comprender lo que lee o escucha.
- Tiene dificultades para relacionarse con sus compañeros o profesores, o para adaptarse a las normas y rutinas del aula.
- Se distrae fácilmente, se muestra inquieto o impulsivo, o tiene dificultades para concentrarse o mantener la atención.
- Muestra rechazo o resistencia hacia el aprendizaje, o se siente ansioso, triste o enfadado.
Sin embargo, tener dificultades de aprendizaje no significa que un niño sea menos inteligente o capaz que los demás. Todos los niños son diferentes y pueden aprender a diferentes ritmos y con diferentes metodologías. Lo que ocurre es que el sistema educativo tradicional no siempre se adapta a las necesidades y características de cada alumno, y tiende a evaluarlos con criterios uniformes y estandarizados.
Como dijo Albert Einstein: “Todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá toda su vida creyendo que es estúpido“. Esta frase ilustra la idea de que no se puede medir la capacidad de una persona por una sola habilidad o aspecto, sino que hay que tener en cuenta su potencial global y sus múltiples inteligencias.
Las inteligencias múltiples
Son un modelo propuesto por el psicólogo Howard Gardner, que plantea que existen al menos ocho tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal-cinestésica, interpersonal, intrapersonal y naturalista. Cada persona tiene un perfil único de inteligencias, que se desarrollan en mayor o menor medida según sus intereses, experiencias y oportunidades.
Para apoyar a los niños con dificultades de aprendizaje, es fundamental identificar sus fortalezas y debilidades en cada tipo de inteligencia, y ofrecerles actividades y recursos que se ajusten a su estilo y ritmo de aprendizaje. Así, se puede potenciar su motivación, su confianza y su creatividad, y ayudarles a superar sus obstáculos y alcanzar sus metas.
Algunas estrategias que pueden facilitar el aprendizaje de los niños con dificultades son:
- Adaptar el currículo escolar a las necesidades y capacidades de cada alumno, flexibilizando los objetivos, los contenidos, los métodos y los criterios de evaluación.
- Utilizar diferentes medios y formatos para presentar la información, como textos, imágenes, vídeos, audios, juegos, etc.
- Fomentar la participación activa y el aprendizaje cooperativo entre los alumnos, favoreciendo el intercambio de ideas, opiniones y experiencias.
- Proporcionar feedback frecuente y positivo sobre el proceso y el resultado del aprendizaje, reconociendo los logros y orientando las mejoras.
- Establecer una comunicación fluida y colaborativa entre la familia y la escuela, para coordinar las acciones educativas y compartir las expectativas y las preocupaciones.
¿Cómo podemos apoyar a los niños con dificultades de aprendizaje?
- Identificar las fortalezas y debilidades del niño: Cada niño tiene un perfil de aprendizaje único, con sus propios intereses, capacidades y estilos. Es fundamental reconocer sus puntos fuertes y sus áreas de mejora, para potenciar sus talentos y ofrecerle apoyos específicos en las materias que le cuestan más.
- Establecer una comunicación fluida con el centro educativo: Los padres deben mantener un contacto frecuente con los profesores y el equipo de orientación del colegio, para conocer el nivel de desarrollo del niño, las adaptaciones curriculares que se le aplican, las dificultades que presenta y los objetivos que se le plantean. Así, podrán reforzar en casa lo que se trabaja en el aula y coordinar las acciones educativas.
- Crear un ambiente de estudio adecuado: El niño debe contar con un espacio tranquilo, ordenado y bien iluminado para realizar sus tareas escolares. También es conveniente establecer una rutina de estudio, con horarios fijos y pausas regulares. Los padres deben supervisar el trabajo del niño, pero sin hacerlo por él ni presionarlo demasiado. Es preferible fomentar su autonomía y su responsabilidad, así como elogiar sus esfuerzos y logros.
- Utilizar recursos didácticos variados: Los niños con dificultades de aprendizaje se benefician de una enseñanza multisensorial, que estimule sus diferentes canales de percepción: visual, auditivo, táctil y kinestésico. Por ejemplo, se pueden usar imágenes, vídeos, audios, juegos, manipulativos, experimentos o dramatizaciones para explicar los contenidos. Además, se pueden emplear técnicas como mapas conceptuales, resúmenes, esquemas o mnemotécnicos para facilitar la comprensión y la memorización.
Métodos de enseñanza eficaces
Algunos métodos que han demostrado su eficacia para mejorar el aprendizaje de los niños con dificultades son:
- El método ABN (Abierto Basado en Números) para el cálculo matemático: Este método se basa en el uso de materiales manipulativos (como ábacos, regletas o bloques) para enseñar las operaciones aritméticas de forma lúdica y significativa. El niño parte de la comprensión del número como una cantidad y no como un símbolo, y va construyendo su propio razonamiento lógico-matemático.
- El método Montessori para el desarrollo integral del niño: Este método se fundamenta en el respeto al ritmo y a la individualidad de cada niño, así como en la estimulación de su curiosidad natural y su amor por el aprendizaje. El niño es el protagonista de su propio proceso educativo, y elige libremente las actividades que quiere realizar dentro de un ambiente preparado y enriquecedor. El adulto actúa como guía y observador, ofreciendo al niño materiales atractivos y adaptados a sus intereses y capacidades.
- El método Kumon para el refuerzo del aprendizaje autodidacta: Este método consiste en la realización diaria de unos cuadernillos con ejercicios graduados de matemáticas, lectura o inglés. El niño avanza a su propio ritmo, sin depender del nivel del curso o del grupo. El objetivo es que el niño adquiera hábitos de estudio positivos, confianza en sí mismo y capacidad para resolver problemas por sí mismo.
Estas son solo algunas ideas para apoyar a los niños con dificultades de aprendizaje. Lo más importante es que los padres les transmitan su amor, su comprensión y su confianza, y que les ayuden a descubrir y desarrollar todo su potencial.