¿Sabías que las palabras que usas con tus hijos pueden influir en su desarrollo, su personalidad y su felicidad? En este artículo queremos explicar el poder de las palabras en los niños y cómo puedes usarlas para potenciar sus capacidades y su autoestima.

Los niños en su ingenuidad infantil creen lo que les decimos, ya sea que se trate de cuentos fantásticos como Papá Noel o el hada de los dientes, y de igual forma los juicios sobre sus capacidades y su valor como personas también lo asimilaran como verdad. Si les decimos que son torpes, tontos o poco inteligentes, lo interiorizan y lo asumen como cierto. Si les decimos que son valientes, inteligentes y capaces, lo refuerzan y lo proyectan en sus acciones.

Cualquier palabra ofensiva, maltrato verbal o señalamiento negativo hacia un niño puede dejar una huella profunda y duradera en su psicología, afectando su confianza, su motivación y su bienestar. Por el contrario, cualquier palabra alentadora, elogio sincero o reconocimiento positivo hacia un niño puede estimular su potencial, su creatividad y su felicidad. Por eso, es indispensable entender el poder de lo que les decimos y cómo actuamos hacia ellos, para cambiar el discurso y en lugar de resaltar sus debilidades, debemos siempre alentar y alabar sus fortalezas.

El arte de hablar a los niños: Cómo influye en su felicidad y crecimiento

Aquí te doy algunos consejos prácticos para usar las palabras adecuadas con tus hijos:

  • Evita las etiquetas negativas. No le digas a tu hijo que es malo, vago, desobediente o incapaz. Estas palabras pueden dañar su autoimagen y hacerle creer que no puede mejorar o cambiar. En lugar de eso, enfócate en su comportamiento y explícale las consecuencias de sus acciones. Por ejemplo, en vez de decirle “eres un desastre”, dile “debes ordenar tu habitación porque si no se puede perder o romper algo”.
  • Refuerza sus logros y esfuerzos. Reconoce el valor de lo que hace tu hijo, aunque no sea perfecto o no cumpla tus expectativas. Valora su progreso y su dedicación. Por ejemplo, en vez de decirle “eso está mal hecho”, dile “has mejorado mucho desde la última vez” o “veo que has puesto mucho empeño en esto”.
  • Exprésale tu amor y confianza. Hazle saber a tu hijo que le quieres incondicionalmente, sin importar sus errores o fracasos. Dile que confías en él y en sus capacidades. Por ejemplo, en vez de decirle “no puedes hacer eso”, dile “sé que puedes lograrlo si te lo propones” o “estoy orgulloso de ti por intentarlo”.
  • Usa un lenguaje positivo y constructivo. Evita las palabras que limitan, desaniman o generan miedo. Usa palabras que motiven, inspiren o generen esperanza. Por ejemplo, en vez de decirle “no hagas eso”, dile “haz esto otro” o “prueba de otra manera”.
  • Escúchale con atención e interés. Presta atención a lo que tu hijo te dice, sin interrumpirle o juzgarle. Respeta sus opiniones y sentimientos. Hazle preguntas abiertas para fomentar el diálogo y la reflexión. Por ejemplo, en vez de decirle “eso es una tontería”, dile “¿por qué piensas eso?” o “¿cómo te sientes al respecto?”.

La comunicación consciente es la clave

La práctica constante y la observación consciente es fundamental. Es decir, debes estar atento a las palabras que usas con tu hijo cada día y corregir aquellas que puedan ser negativas o dañinas. También debes practicar el uso de palabras positivas y constructivas con frecuencia y hacerlo con sinceridad y afecto. Así crearás un vínculo más fuerte con tu hijo y le ayudarás a desarrollar una actitud más optimista y segura.

Hay algunas señales que pueden indicarte que tus palabras no están siendo las más adecuadas. Por ejemplo, si tu hijo se muestra triste, apático, rebelde o agresivo, puede ser que esté recibiendo un mensaje negativo de ti. Si tu hijo se aísla, se compara con otros o se infravalora, puede ser que esté sufriendo una baja autoestima por tus palabras. Si tu hijo se aburre, se frustra o se rinde fácilmente, puede ser que esté perdiendo la motivación y la confianza por tus palabras.

Si detectas alguna de estas señales, no te desesperes ni te culpes. Todos los padres cometemos errores y podemos aprender de ellos. Lo importante es que reconozcas lo que puedes mejorar y que busques la forma de hacerlo. Puedes pedir ayuda a un profesional, leer libros o artículos sobre el tema o asistir a talleres o cursos sobre comunicación positiva con los hijos. Lo que sea que te ayude a cambiar el chip y a usar el poder de las palabras en los niños de forma positiva y beneficiosa.

Recuerda que tus palabras tienen un gran impacto en la vida de tu hijo, así que úsalas con cuidado y cariño.


MAMÁ NO GRITES

Técnicas y consejos prácticos para mejorar la comunicación con sus hijos, aplicar una disciplina positiva y evitar las rabietas sin recurrir a los gritos.