La competencia sana entre hermanos es aquella que se basa en el respeto, la cooperación y el reconocimiento mutuo. Es una forma de estimular el desarrollo de habilidades sociales, cognitivas y emocionales en los niños, así como de fomentar su autoestima y su sentido de pertenencia. La competencia sana entre hermanos les ayuda a aprender a convivir con los demás, a resolver conflictos, a tolerar la frustración y a valorar sus propios logros.
Sin embargo, la competencia sana entre hermanos no surge de forma espontánea. Los padres deben crear un ambiente familiar que favorezca este tipo de interacción.
¿Cómo puedes fomentar la competencia sana en la familia?
Aquí les comparto algunos consejos:
- Eviten las comparaciones: Cada niño es único y tiene sus propias fortalezas y debilidades. Compararlos con sus hermanos puede generar sentimientos de inferioridad o superioridad, así como rivalidad y envidia. En lugar de compararlos, reconozcan y celebren las cualidades y los logros de cada uno, sin dejar de lado sus áreas de mejora.
- Promuevan la colaboración: La competencia sana entre hermanos no significa que tengan que competir por todo. También es importante que aprendan a trabajar en equipo y a ayudarse mutuamente. Para ello, pueden asignarles tareas domésticas compartidas, incentivarlos a participar en actividades familiares o deportivas, o proponerles retos o juegos que requieran cooperación.
- Establezcan normas y límites: La competencia sana entre hermanos implica respetar unas reglas básicas de convivencia, como no agredirse física o verbalmente, no burlarse ni humillarse, no mentir ni engañar, o no invadir el espacio o las pertenencias del otro. Los padres deben ser claros y firmes al establecer estas normas y límites, así como al aplicar las consecuencias cuando se incumplan.
- Fomenten el diálogo: La comunicación es esencial para prevenir y resolver los conflictos que puedan surgir entre los hermanos. Los padres deben escuchar activamente a sus hijos, sin juzgarlos ni tomar partido, y ayudarlos a expresar sus sentimientos y necesidades de forma asertiva. También deben enseñarles a escuchar al otro, a ponerse en su lugar y a buscar soluciones conjuntas.
- Refuercen el vínculo afectivo: La competencia sana entre hermanos se sustenta en el amor y la confianza que se tienen. Los padres deben demostrarles a sus hijos que los quieren incondicionalmente, sin preferencias ni favoritismos, y que pueden contar con ellos para lo que necesiten. También deben propiciar momentos de calidad en familia, donde se compartan experiencias positivas, se rían y se diviertan juntos.
Consejos prácticos para crear un ambiente de sana competencia
Los padres tienen un papel fundamental para fomentar la competencia sana entre hermanos y evitar que se convierta en rivalidad destructiva. ¿Cómo pueden hacerlo? Aquí les comparto algunos consejos:
- Eviten las comparaciones y las etiquetas: Cada niño es único y tiene sus propias características, gustos, intereses y ritmos de aprendizaje. Compararlos o etiquetarlos puede generar sentimientos de inferioridad o superioridad, así como de rechazo o envidia hacia el otro. Por ejemplo, en lugar de decir “Juan es el inteligente y Pedro es el deportista”, digan “Juan se destaca en matemáticas y Pedro en fútbol”.
- Reconozcan los logros y las cualidades de cada uno: Es importante que los padres expresen su orgullo y su satisfacción por los avances y los esfuerzos de cada hijo, sin restarle mérito al otro. Así mismo, es bueno que resalten las virtudes y los talentos de cada uno, sin hacer comparaciones. Por ejemplo, en lugar de decir “Qué bien que sacaste un 10 en el examen, eres mucho mejor que tu hermano”, digan “Qué bien que sacaste un 10 en el examen, te felicito por tu dedicación y tu responsabilidad”.
- Promuevan la cooperación y el trabajo en equipo: Una forma de fomentar la competencia sana entre hermanos es incentivarlos a que colaboren entre ellos y a que realicen actividades conjuntas que requieran de coordinación y comunicación. De esta manera, podrán apreciar las habilidades y los aportes del otro, así como desarrollar la empatía y la solidaridad. Por ejemplo, pueden asignarles tareas domésticas que impliquen trabajar juntos, como ordenar su habitación o preparar la mesa para comer.
- Intervengan ante los conflictos con criterio: Es normal que los hermanos tengan desacuerdos o discusiones por motivos diversos, como el uso de los juguetes, el espacio o la atención de los padres. Los padres deben intervenir ante estos conflictos con criterio, es decir, sin tomar partido por ninguno de los dos, sino ayudándolos a encontrar soluciones justas y pacíficas. Por ejemplo, pueden escuchar las versiones de ambos, mediar entre ellos y proponerles alternativas para resolver el problema.
Espero que estos consejos les sean útiles para fomentar la competencia sana entre sus hijos y para mejorar la relación entre ellos. Recuerden que la competencia sana entre hermanos es una oportunidad para crecer juntos y para disfrutar de la familia. No solo les ayudará a sus hijos a desarrollarse como personas íntegras y felices, sino que también les permitirá construir una relación fraterna sólida y duradera.