Audio / Poscast de esta historia

En un bosque, vivía una liebre muy rápida y presumida. Siempre se jactaba de lo veloz que era y se burlaba de los otros animales por ser más lentos. Un día, el mono se cansó de escuchar las alardeadas de la liebre y decidió desafiarla a una carrera.

La liebre, segura de su victoria, aceptó el desafío con confianza. El día de la carrera llegó y todos los animales del bosque se reunieron para ver quién ganaría. La señal de inicio sonó y la liebre comenzó corriendo a gran velocidad, dejando atrás al mono.

Sin embargo, a medida que avanzaba la carrera, la liebre se sintió segura de su ventaja y decidió tomarse una siesta en medio del camino. Mientras tanto, el mono continuó corriendo constante y diligentemente. Cuando la liebre finalmente se despertó y se dio cuenta de lo que había hecho, corrió lo más rápido que pudo para alcanzar al mono, pero ya era demasiado tarde.

El mono cruzó la línea de meta y ganó la carrera, dejando a la liebre asombrada y avergonzada por su arrogancia. La lección de la historia es que la constancia y el esfuerzo constante pueden superar la habilidad natural si no se aprecian ni se aprovechan de manera adecuada.

Esta fábula se utiliza a menudo para enseñar a los niños sobre la importancia de no subestimar a los demás, la humildad y el valor del trabajo duro.



Moraleja:

Potenciar una autoestima en los niños es el mejor regalo que podemos hacerle. Enseña a tu hijo a aceptarse y amarse como es para que se sienta bien. Para ayudarte en esa tarea te compartimos esta linda historia. ¡Esperamos que la disfruten!