Ser padre o madre es una de las experiencias más maravillosas que podemos vivir, pero también una de las más desafiantes y exigentes. No solo se trata de dar vida a un ser humano, sino de acompañarlo, educarlo, protegerlo y amarlo durante toda su existencia. Sin embargo, muchas veces nos olvidamos de que nuestros hijos también son nuestros maestros, y que a través de ellos podemos aprender mucho sobre nosotros mismos y sobre la vida.

Convertirse en padres es un desafío que implica no solo criar a nuestros hijos de manera óptima, proporcionándoles orientación y dirección en su crecimiento y desarrollo, sino también adentrarse en un proceso de aprendizaje personal significativo. En esta travesía, descubrimos talentos latentes, refinamos habilidades y perfeccionamos hábitos, todo ello con el fin de convertirnos en modelos ejemplares para nuestros hijos.

Si bien la noción de mejorar como padres para criar hijos de mejor calidad es una meta loable, es importante reconocer que esto va más allá de una simple aspiración. Se trata de asumir conscientemente la responsabilidad y el desafío que implica la paternidad, una decisión que debe tomarse con plena preparación y disposición. Si no nos sentimos listos para este compromiso, es crucial abstenerse de embarcarse en la aventura de la crianza. Sin embargo, aquellos que optan por dar el paso hacia la paternidad tienen la oportunidad no solo de enriquecer sus propias vidas, sino también de descubrir una versión mejorada de sí mismos. Este viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal se realiza no solo por uno mismo, sino también por el bienestar y el futuro de nuestros hijos, otorgando así un profundo sentido a todos los sacrificios que implica ser padre.

¿Cómo podemos aprovechar esta oportunidad?

¿Qué podemos aprender de nuestros hijos? Aquí te comparto algunas reflexiones que espero te inspiren y te motiven a seguir creciendo como persona y como padre o madre.

  • Aprende a vivir el presente. Los niños son expertos en disfrutar del momento, sin preocuparse por el pasado o el futuro. Ellos nos enseñan a valorar lo que tenemos, a ser agradecidos y a no dar nada por sentado. Cuando estamos con nuestros hijos, debemos dejar de lado las distracciones y las preocupaciones, y enfocarnos en lo que realmente importa: compartir tiempo de calidad con ellos, escucharlos, jugar con ellos, abrazarlos y decirles cuánto los queremos.
  • Aprende a ser flexible. Los niños son impredecibles, cambiantes y curiosos. Ellos nos enseñan a adaptarnos a las circunstancias, a ser creativos y a buscar soluciones. Cuando somos padres, debemos dejar de lado la rigidez y el perfeccionismo, y aceptar que no siempre podemos controlar todo. Debemos estar dispuestos a cambiar nuestros planes, a improvisar y a divertirnos con las sorpresas que nos trae la vida.
  • Aprende a ser humilde. Los niños son sinceros, inocentes y transparentes. Ellos nos enseñan a reconocer nuestros errores, a pedir perdón y a perdonar. Cuando somos padres, debemos dejar de lado el orgullo y la soberbia, y admitir que no lo sabemos todo ni siempre tenemos la razón. Debemos estar dispuestos a aprender de nuestros hijos, a escuchar sus opiniones y sentimientos, y a respetar sus diferencias.
  • Aprende a ser valiente. Los niños son aventureros, atrevidos y soñadores. Ellos nos enseñan a enfrentar nuestros miedos, a salir de nuestra zona de confort y a perseguir nuestros sueños. Cuando somos padres, debemos dejar de lado el conformismo y la rutina, y animarnos a vivir nuevas experiencias, a explorar el mundo y a crecer como personas. Debemos estar dispuestos a tomar riesgos, a asumir desafíos y a luchar por lo que queremos.

¿Qué acciones o actitudes te hacen un buen padre o madre?

Ser un buen padre o madre no es una tarea fácil, ni existe una fórmula mágica que nos garantice el éxito. Cada hijo es único y diferente, y requiere de una atención y una educación personalizada. Sin embargo, hay algunas acciones y actitudes que podemos adoptar para mejorar nuestra relación con nuestros hijos y ayudarlos a crecer felices y sanos. Aquí te comparto algunas de ellas:

  • Demuéstrales tu amor. El amor es el ingrediente fundamental para ser un buen padre o madre. No basta con sentirlo, hay que expresarlo con palabras y con hechos. Diles a tus hijos que los quieres, que estás orgulloso de ellos, que confías en ellos. Abrázalos, bésalos, acarícialos. Hazles saber que cuentan contigo, que los apoyas, que los respetas. El amor les dará seguridad, autoestima y confianza.
  • Escúchalos activamente. La comunicación es la base de toda buena relación. Para ser un buen padre o madre, debes escuchar a tus hijos con atención, interés y empatía. No los interrumpas, no los juzgues, no los critiques. Déjalos que se expresen libremente, que te cuenten sus problemas, sus alegrías, sus sueños. Hazles preguntas, muéstrate curioso, comparte tus opiniones. La escucha activa les hará sentir valorados, comprendidos y queridos.
  • Establece límites y normas. Los límites y las normas son necesarios para que los hijos aprendan a convivir en sociedad, a respetar a los demás y a sí mismos, a ser responsables y autónomos. Para ser un buen padre o madre, debes establecer límites y normas claras, coherentes y consensuadas con tus hijos. No se trata de imponer tu autoridad, sino de negociar y acordar las reglas de convivencia. Explica el porqué de cada norma, las consecuencias de cumplirla o incumplirla, y haz un seguimiento de su cumplimiento. Los límites y las normas les darán estructura, orden y disciplina.
  • Fomenta su desarrollo integral. Los hijos necesitan desarrollar todas sus potencialidades: físicas, intelectuales, emocionales y sociales. Para ser un buen padre o madre, debes fomentar su desarrollo integral, ofreciéndoles oportunidades de aprendizaje, de diversión, de creatividad y de socialización. Inscríbelos en actividades extraescolares que les gusten y les motiven, llévalos al parque, al cine, al museo, a la biblioteca. Juega con ellos, lee con ellos, haz manualidades con ellos. Invita a sus amigos a casa, organiza fiestas o salidas en familia. El desarrollo integral les dará habilidades, conocimientos y experiencias.
  • Sé su ejemplo a seguir. Los hijos aprenden más de lo que ven que de lo que oyen. Para ser un buen padre o madre, debes ser su ejemplo a seguir, actuando de acuerdo con tus valores y principios. Sé honesto, respetuoso, solidario, tolerante. Cuida tu salud física y mental, practica deporte, alimentate bien, descansa lo suficiente. Cultiva tu mente y tu espíritu, lee libros, ve películas, medita o reza. Sé feliz y disfruta de la vida. El ejemplo a seguir les dará modelos e inspiración.

Los hijos nos dan la oportunidad de ser mejores en muchos aspectos. No se trata de renunciar a nuestra esencia o de perder nuestra identidad, sino de evolucionar y mejorar como individuos. Ser padre o madre no es solo un rol o una función social, sino una vocación y una misión personal. Aprovechemos esta oportunidad para crecer junto con nuestros hijos, para aprender de ellos y para enseñarles con el ejemplo.


Los hijos, una oportunidad para ser mejores

Estar preparado y disponer de todos los elementos educativos solicitados para la educación de tus hijos es otra forma de expresarles amor.