Enuresis infantil

Mojar la cama es un problema que afecta a muchos niños y que puede causarles vergüenza, ansiedad y baja autoestima. Aunque se suele pensar que es una señal de inmadurez o falta de control, lo cierto es que hay muchas causas posibles que pueden provocar esta situación y que no dependen de la voluntad del niño.

Algunas de las causas más frecuentes son:

  • El estrés: los cambios en la rutina, los conflictos familiares, los problemas escolares o las situaciones traumáticas pueden generar estrés en el niño y alterar su sueño y su capacidad de retener la orina.
  • La genética: hay una tendencia familiar a mojar la cama, sobre todo si alguno de los padres tuvo el mismo problema en la infancia.
  • El desarrollo: algunos niños tardan más en madurar su sistema nervioso y su vejiga, lo que hace que no perciban la sensación de tener ganas de orinar o que no puedan controlarla durante la noche.
  • La producción de orina: algunos niños producen más orina de lo normal durante la noche, debido a una hormona llamada vasopresina, que regula el equilibrio de los líquidos en el cuerpo. Si esta hormona está baja, el niño tendrá más necesidad de orinar.
  • Las infecciones urinarias: las bacterias que causan estas infecciones pueden irritar la vejiga y hacer que el niño sienta más urgencia de orinar o que tenga pérdidas involuntarias.
  • Los problemas anatómicos: algunas malformaciones o alteraciones en el tracto urinario pueden dificultar el vaciado completo de la vejiga o provocar un reflujo de orina hacia los riñones, lo que aumenta el riesgo de mojar la cama.
  • Los trastornos del sueño: los niños que tienen apnea del sueño, roncan o tienen pesadillas pueden tener un sueño más profundo y menos sensible a las señales de su cuerpo.

Evitar castigar, regañar o burlarse del niño por mojar la cama

Esto solo empeorará su autoestima y su confianza. En cambio, hay que mostrarle comprensión, apoyo y paciencia. Por el contrario lo primero que hay que hacer es consultar con el pediatra para descartar alguna causa médica que requiera tratamiento. Si no hay ninguna patología subyacente, se puede recurrir a algunas estrategias que pueden ayudar al niño a superar esta situación:

  • Establecer una rutina para ir al baño antes de acostarse y evitar darle líquidos al niño dos horas antes de dormir. También se puede despertarlo una vez durante la noche para que vaya al baño.
  • Usar protectores impermeables para el colchón y la ropa de cama, que faciliten la limpieza y eviten que el niño se sienta incómodo o mojado.
  • Recompensar al niño por las noches secas, con elogios, abrazos o pequeños premios. Se puede usar un calendario para marcar los días en los que no ha mojado la cama y celebrar sus logros.
  • Enseñar al niño a asumir su responsabilidad y a colaborar en el cambio de sábanas o en el lavado de su ropa. Esto le ayudará a sentirse más seguro y a no avergonzarse de su problema.
  • Buscar ayuda psicológica si el niño muestra signos de ansiedad, depresión o baja autoestima por mojar la cama. Un profesional podrá orientar al niño y a la familia para manejar sus emociones y mejorar su autocontrol.

Mojar la cama es una situación más común de lo que parece y que suele resolverse con el tiempo y con la ayuda adecuada. Antes de exponer al niño a críticas y juicios, es importante ayudarlo a encontrar la causa y a superarla con amor y comprensión.