Imagen para colorear basado en cuento de los viajes de Gulliver

Dibujo para colorear

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Los Viajes de Gulliver: La Aventura en Liliput

Durante semanas, el Antílope, un velero de tres mástiles que surcaba las aguas de las Indias Orientales, había navegado bajo cielos despejados. Gulliver, médico de a bordo y ávido explorador, pasaba las tardes anotando en su diario los detalles de la travesía. Pero una mañana, el horizonte se oscureció. Las nubes, negras como tinta, avanzaron como un ejército, y pronto el mar se transformó en un monstruo furioso.

Olas del tamaño de montañas azotaron el barco, arrancando velas y astillando la cubierta. Los marineros, aferrados a los cabrestantes, gritaban órdenes inútiles contra el rugido del viento.

¡Sálvese quien pueda! —aulló el capitán, mientras un muro de agua levantaba la popa del Antílope y lo estrellaba contra las fauces de un remolino.

Gulliver, arrastrado por la corriente, luchó contra las olas hasta que sus fuerzas flaquearon. “Esto es el fin”, pensó, cuando sus dedos rozaron algo sólido: arena. Con un último esfuerzo, se arrastró hacia la orilla y cayó inconsciente, ignorante de que había llegado a Liliput, un reino donde todo—desde los árboles hasta sus futuros habitantes—no superaba los quince centímetros de altura.

El Despertar del Gigante

Los primeros rayos del sol revelaron un panorama insólito. Gulliver yacía boca arriba, atado por cientos de delgadas cuerdas que lo inmovilizaban desde el cuello hasta los tobillos. Decenas de diminutos soldados, armados con arcos y lanzas, trepaban por su pecho como hormigas.

¡Por el trono de Su Majestad Lilipín I! ¡El monstruo se mueve! —chilló un oficial con casco de plumas.

Un estornudo de Gulliver—provocado por un anciano que tropezó con su nariz—desató el caos. Los liliputienses volaron por los aires, y los más valientes huyeron hacia los arbustos, que para ellos eran bosques enteros.

¿Qué clase de sueño es este? —murmuró Gulliver, rompiendo las cuerdas con un leve movimiento.

Al ver el pánico que causaba, adoptó un tono calmado:

No temáis, pequeños amigos. Solo soy un náufrago.

Pero sus palabras sonaron como truenos. Tras intentar comunicarse en latín, francés y holandés, al fin dio con el idioma liliputiense:

Necesito comida.

Un Banquete para un Coloso

La corte real movilizó a todo el reino. Cien carretas tiradas por ratones llevaron cuarenta terneros (del tamaño de ratones) y treinta barriles de vino (que a Gulliver le parecieron copitas de juguete). Mientras devoraba el festín, el rey Lilipín I y la reina Lilipina llegaron en un carruaje de bellota, escoltados por guardias con uniformes de escarabajos.

Tu inteligencia es tan vasta como tu estatura —dijo el rey, observando cómo Gulliver describía un reloj de bolsillo que para ellos era un edificio—. Necesitamos tu ayuda.

La crisis era grave: Blefuscu, la nación vecina, había enviado una flota de 300 barcos (cada uno no más grande que un pato de papel) para invadir Liliput.

La Batalla de los Mares Miniatura

Al amanecer, Gulliver se adentró en el mar hasta que el agua le llegó a las rodillas. Los barcos enemigos, confiados, abrieron fuego con cañones que disparaban granos de pimienta. Con una sonrisa, el gigante los recogió como si fueran juguetes:

  1. Los barcos más grandes los guardó en los bolsillos de su chaleco.
  2. Los medianos los colgó de los botones.
  3. Los pequeños los amarró a los cordones de sus zapatos.

¡Ríndanse o los aplasto! —rugió, aunque en realidad no tenía intención de hacerlo.

El almirante de Blefuscu, temblando en la cubierta de su nave insignia, firmó la rendición. Liliput estalló en celebración: las campanas (hechas de dedales) repicaron, y los niños lanzaron pétalos de amapola al paso del héroe.

El Precio de la Paz

Liberad a los prisioneros —exigió Gulliver durante el banquete de victoria—. La guerra solo trae hambre y tristeza.

El rey Lilipín, aunque desconcertado por tanta compasión, accedió. Gulliver devolvió los barcos y supervisó el tratado de paz, donde ambos reinos acordaron dividirse un huevo cocido que llevaba décadas en disputa (la guerra empezó por un desacuerdo sobre si romperlo por el extremo puntiagudo o el redondo).

El Adiós

Años después, un velero apareció en el horizonte. Gulliver, con lágrimas en los ojos, se despidió de sus amigos:

Os llevaré en mi corazón —dijo, guardando una oveja liliputiense (regalo de la reina) en su bolsillo como recuerdo.

Mientras el barco se alejaba, los liliputienses lo vieron por última vez: un gigante bondadoso que se fundía con la niebla, dejando atrás un reino unido y una lección más grande que él mismo.


Donde ver la pelicula de Los Viajes de Gulliver

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Jack Black está más grande que la vida en esta comedia-aventura basada en el cuento clásico de un hombre llamado Gulliver (Black) que se convierte en un gigante cuando naufraga en una isla fantástica.


Moraleja:

“Los viajes de Gulliver” nos enseñan varias lecciones importantes, incluso si no es un cuento de hadas tradicional. La moraleja principal es que no existe una única forma “correcta” de ver el mundo o de vivir. Gulliver viaja a lugares donde las personas (o las criaturas) son muy diferentes a él: unos son diminutos, otros gigantes, y algunos ¡hasta son caballos muy inteligentes!

Lo que aprendemos es que nuestra perspectiva cambia según el lugar donde estemos y con quién estemos. Cuando Gulliver está en Lilliput, se siente gigante y poderoso, y ve los problemas de los liliputienses como muy pequeños. Pero cuando está en Brobdingnag, él es el diminuto y se siente insignificante, viendo sus propios problemas de una forma diferente. Esto nos enseña a ser humildes y a comprender que cada persona tiene su propio punto de vista.

Además, el cuento nos invita a cuestionar lo que consideramos “normal” o “perfecto”. Jonathan Swift, el autor, usa estas aventuras para mostrarnos que a veces las cosas que hacemos los humanos pueden parecer ridículas o tontas si las vemos desde otro ángulo. Así que, la lección es: sé curioso, respeta las diferencias en otras personas y culturas, y nunca dejes de pensar críticamente sobre el mundo que te rodea. A veces, la forma de entender mejor algo es viéndolo desde un lugar completamente nuevo.

Datos adicionales

Autor: Jonathan Swift (1726)
Edades: Recomendo a partir de 6+ años
Valores principales: Curiosidad, Adaptabilidad, Resiliencia, Observación, Crítica, Perspectiva, Humildad, Ingenio, Aventura, Descubrimiento.