La adopción es una forma de crear familia que implica asumir la responsabilidad legal y afectiva de un niño o niña que no es biológicamente nuestro. La adopción puede ser una opción con múltiples beneficios tanto para los padres adoptivos como para los hijos adoptados, ya que les permite establecer vínculos de amor, respeto y confianza que trascienden la genética. Sin embargo, no es un proceso sencillo ni exento de desafíos.
Los padres adoptivos pueden cumplir su deseo de tener hijos, ya sea porque no pueden concebirlos de forma natural, porque prefieren darle una oportunidad a un niño o niña que lo necesita, o porque simplemente quieren ampliar su familia. Los hijos adoptados pueden encontrar un hogar donde se sientan queridos, protegidos y valorados, donde puedan desarrollar su personalidad, su autoestima y sus potencialidades.
La adopción no es un acto de caridad, sino de compromiso. Implica asumir el reto de educar y cuidar a un niño o niña con su propia historia, sus propias necesidades y sus propias emociones. La adopción requiere de una preparación previa, de un proceso legal y de un acompañamiento profesional que garantice el bienestar de todos los involucrados.
Qué es la crianza adoptiva
La crianza adoptiva es el proceso que se inicia después de la adopción, donde los padres adoptivos y los hijos adoptados deben construir una relación basada en el afecto, la comunicación y la comprensión. La crianza adoptiva implica enfrentar algunos desafíos específicos, como:
- El duelo por la pérdida de la familia biológica: Los hijos adoptados pueden sentir tristeza, rabia o culpa por haber sido separados de sus padres biológicos, o por no conocerlos o recordarlos. Los padres adoptivos deben respetar estos sentimientos y ayudarles a elaborarlos, sin sentirse amenazados o rechazados.
- La identidad: Los hijos adoptados pueden tener dudas o conflictos sobre su origen, su pertenencia o su diferencia. Los padres adoptivos deben facilitarles el acceso a la información sobre su historia, su cultura o su etnia, sin imponerles una identidad que no les corresponde o negarles la que tienen.
- El apego: Los hijos adoptados pueden tener dificultades para establecer vínculos afectivos seguros y estables, debido a las experiencias previas de abandono, maltrato o institucionalización. Los padres adoptivos deben ofrecerles un ambiente cálido, consistente y predecible, donde se sientan aceptados, apoyados y respetados.
- La adaptación: Los hijos adoptados pueden necesitar un tiempo para adaptarse a su nueva familia, a su nuevo entorno y a sus nuevas normas. Los padres adoptivos deben ser pacientes, flexibles y comprensivos, sin forzarlos a cambiar o a integrarse.
Antes de adoptar
La pareja debe estar segura de que es lo que desea y de que está preparada para asumir la responsabilidad de criar a un niño o una niña que no es biológicamente suyo. También debe informarse sobre los requisitos legales, los trámites y los costes que implica la adopción, tanto nacional como internacional. Además, debe elegir el tipo de adopción que más se ajuste a sus preferencias y posibilidades: abierta, cerrada, simple o plena.
Durante el proceso de adopción
La pareja debe someterse a una serie de evaluaciones psicológicas, sociales y médicas para determinar su idoneidad como padres adoptivos. También debe participar en cursos de formación y orientación sobre la adopción y sus implicaciones. Asimismo, debe esperar pacientemente a que se le asigne un niño o una niña que cumpla con el perfil que ha solicitado. Este periodo puede variar según la demanda, la oferta y las circunstancias de cada caso.
Después de adoptar
La pareja debe enfrentarse al reto de integrar al niño o a la niña en su familia y en su entorno. Para ello, debe establecer un vínculo afectivo sólido y seguro con el menor, respetando su historia, su identidad y sus necesidades. También debe facilitar su adaptación escolar, social y cultural, ofreciéndole apoyo, comprensión y respeto. Además, debe mantener una comunicación abierta y honesta con el niño o la niña sobre su origen y su situación adoptiva.
La adopción tiene muchas ventajas para la pareja y para el niño o la niña adoptado. Entre ellas, se pueden mencionar las siguientes:
- La pareja cumple su deseo de ser padres y de ofrecer un hogar y una familia a un menor que lo necesita.
- El niño o la niña recibe el amor, el cuidado y la protección de unos padres que lo han elegido libremente y que lo aceptan tal como es.
- La pareja y el niño o la niña se enriquecen mutuamente con sus diferencias y sus similitudes, aprendiendo a valorar la diversidad y la tolerancia.
- La pareja y el niño o la niña contribuyen a crear una sociedad más solidaria, inclusiva y responsable.
Como se puede ver, la adopción es una decisión importante que requiere una reflexión profunda y un compromiso firme por parte de la pareja. No obstante, si se hace con amor, responsabilidad y respeto, puede ser una experiencia maravillosa tanto para los padres como para los hijos.