
Dibujo para colorear
Puedes descargar sin costo el dibujo para colorear o comprar nuestro libro completo de personajes de cuentos infantiles para niños a partir de 1 año.
A veces la luz más breve ilumina los sueños más eternos.
Era una noche glacial, la última del año. Los copos de nieve danzaban en el aire oscuro mientras el frío cortante mordía la piel. Por las calles desiertas vagaba una pequeña niña, descalza y temblorosa. Sus pies, amoratados por el hielo, dejaban huellas efímeras en la nieve recién caída.
El comienzo de la tragedia
Al salir de casa había llevado puestos unos viejos pantuflos, enormes y gastados, que alguna vez pertenecieron a su madre. Pero al cruzar la calle, dos carruajes pasaron a toda velocidad. Uno de los zapatos desapareció para siempre; el otro fue robado por un niño que, riendo, gritó:
—¡Esto servirá de cuna para mis hijos!
Ahora, con sus piececitos desnudos y su delantal raído, la niña apretaba contra su pecho un puñado de fósforos. Nadie le había comprado ninguno en todo el día. Nadie le había dado ni una mísera moneda.
Visiones en la oscuridad
En un rincón entre dos casas, se acurrucó para protegerse del viento. No se atrevía a volver a casa: no llevaba dinero y su padre la golpearía. Además, en aquel miserable cuarto hacía tanto frío como en la calle.
Tiritando, sacó un fósforo.
—¡Ras!
La llama brilló como un pequeño sol. De pronto, vio una enorme estufa de latón, con el fuego crepitando dentro. Extendió sus dedos entumecidos… pero la visión desapareció cuando el fósforo se consumió.
Encendió otro. Esta vez apareció una mesa rebosante: un ganso asado, dorado y jugoso, saltó hacia ella con un cuchillo y tenedor clavados en el lomo. Pero al acercarse, todo se esfumó.
El tercer fósforo reveló el árbol de Navidad más hermoso que jamás hubiera visto, iluminado por mil velas. Cuando alzó la mano, las llamas se transformaron en estrellas. Una de ellas cayó, trazando un arco de luz en el cielo.
—Alguien ha muerto —susurró, recordando las palabras de su abuela.
El reencuentro final
Con manos temblorosas, encendió otro fósforo. Esta vez, su querida abuela apareció, radiante de amor y calidez.
—¡Abuela! —gritó la niña—. ¡Llévame contigo!
Temiendo que desapareciera, raspó todos los fósforos restantes contra la pared. La luz fue tan brillante como el mediodía. La abuela la tomó en sus brazos y juntas ascendieron hacia las estrellas, lejos del frío, el hambre y el dolor.
El amanecer del nuevo año
Al día siguiente, los transeúntes encontraron a la pequeña en el rincón. Sus mejillas estaban sonrosadas, sus labios esbozaban una sonrisa. En su mano yacían los restos quemados de los fósforos.
—Quiso calentarse —comentaron.
Nadie supo del esplendor que había contemplado, ni del amor que finalmente la había salvado. Mientras la ciudad celebraba el Año Nuevo, ella y su abuela celebraban su reencuentro eterno en un lugar donde nunca más tendría frío.
Fin.
Moraleja:
El cuento de “La Niña de los Fósforos” es una historia triste, pero nos enseña lecciones muy importantes sobre cómo podemos ser mejores personas y ayudar a los demás. La niña de la historia estaba sola, tenía mucho frío y hambre, y nadie se detuvo a ayudarla. Ella soñaba con cosas básicas como comida caliente, un hogar seguro y el amor de su abuela.
La moraleja principal es la compasión y la empatía. Nos enseña a ponernos en el lugar de los demás, especialmente de aquellos que tienen menos suerte o están sufriendo. Debemos ser conscientes de que no todos tienen un techo, comida caliente o una familia que los abrace. Este cuento nos invita a mirar a nuestro alrededor y a no ignorar a las personas que necesitan ayuda.
También nos habla de la solidaridad. Nos recuerda la importancia de ayudar a los más vulnerables, no solo con cosas materiales, sino también con una palabra amable, una sonrisa o prestando atención. La niña veía visiones hermosas al encender sus fósforos, sueños de lo que le faltaba en la vida real. Esto nos hace pensar en la tristeza de la pobreza extrema y en cómo podemos contribuir para que nadie se sienta tan solo o abandonado. El cuento nos anima a ser más amables, a compartir lo que tenemos y a construir un mundo donde la esperanza y el calor lleguen a todos.
Datos adicionales
Autor: Hans Christian Andersen (1845)
Edades: Recomendo a partir de 6+ años
Valores principales: Compasión, Empatía, Esperanza, Solidaridad, Bondad, Conciencia social, Respeto, Caridad, Sensibilidad, Valoración de la vida.