Imagen de un zorro, para colorear. Inspirado en el cuento infantil El zorro enamorado de la Luna

Dibujo para colorear

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Cuando el zorro amó a la Luna

Cuando el zorro vio el reflejo de la Luna en las aguas limpias del lago,
se enamoró de ella.

Levantó la cabeza al cielo y la vio:
era hermosa, redonda y luminosa,
y quiso hablarle.

Pero la Luna estaba lejos,
muy lejos.

Entonces se consoló hablándole cada día a su reflejo.
La Luna en el cielo no lo oía,
la Luna era lejana
y además era esquiva.

A veces venía,
a veces se iba,
a veces mostraba un poco su rostro,
a veces se escondía detrás de nubes oscuras.

Y cuando volvía,
se sorprendía de ver siempre al zorro
a las orillas del lago,
hablando bajito,
susurrando algo.

Tantas veces la Luna vio al zorro,
que curiosa,
quiso saber lo que él decía.

En sueños le habló:

“Zorro, zorrito,
quiero hablarte un ratito.
Sube al cerro más alto,
yo te daré el encuentro,
me posaré en su cima.”

El zorro, desde muy temprano, comenzó a subir.
Subía y subía.
No tenía hambre,
no tenía frío.
Subía y subía.
No pensaba más en los cuyes,
en las wallatas,
en las llamitas tiernas.
Subía y subía,
contento subía.

Cuando llegó a la cima,
era de noche,
y la Luna ahí estaba:
luminosa, redonda y hermosa.

Ella se acercó poquito a poco al zorro
y le preguntó con su voz de Luna:

—Zorro, ¿qué susurras en el lago tan bajito?

—Te canto —respondió el zorro—. Escucha:

“Luna lunita, esquiva y viajera,
amarte quisiera y contemplar tu hermosura.
Si vivir conmigo tú quisieras,
por ti dejaría la tierra entera.
Y si no me quisieras,
cuidaré tu reflejo la vida entera.”

La Luna, al escuchar esas palabras,
sonrió y tanto se conmovió
que invitó al zorro a vivir para siempre con ella.

Ahí está el zorro enamorado hasta hoy día,
acompañando a la Luna en sus viajes,
cantándole, queriéndola.

Nosotros, desde la Tierra,
los vemos a veces.


Moraleja:

El cuento de “El enamorado de la Luna” nos enseña varias lecciones muy tiernas y profundas. La primera es sobre la perseverancia y la constancia en el amor y los sueños. El zorro no se rinde. Aunque la Luna está muy lejos y parece inalcanzable, él sigue cada noche en el lago, susurrándole y cantándole. Esto nos muestra que cuando realmente deseamos algo o amamos a alguien, debemos ser pacientes y constantes, sin desanimarnos por la distancia o las dificultades. Si mantenemos nuestra ilusión y nuestro esfuerzo, a veces los sueños más grandes ¡pueden volverse realidad!

Otra moraleja es la belleza de la conexión y la comunicación. Al principio, el zorro le hablaba solo al reflejo, y la Luna estaba lejos. Pero su constancia y sus susurros llenos de amor despertaron la curiosidad de la Luna. Esto nos enseña que a veces, para conectar con los demás, debemos ser sinceros, expresar nuestros sentimientos y no tener miedo de mostrar lo que hay en nuestro corazón. La comunicación y el compartir nuestros sentimientos pueden acercarnos a personas o a situaciones que antes parecían imposibles.

Finalmente, el cuento nos habla de la pureza y la grandeza del amor desinteresado. El amor del zorro por la Luna es puro y no pide nada a cambio. Su felicidad es poder contemplarla y cantarle. Cuando la Luna se conmueve por su amor sincero, lo invita a vivir con ella. Esto nos dice que el amor verdadero, el que nace del corazón y es sincero, es muy poderoso y puede crear lazos que duran para siempre.

Datos adicionales

Autor: Anónimo
Edades: Recomendo a partir de 2 años
Valores principales: Amor, Perseverancia, Constancia, Sinceridad, Ilusión, Pureza, Devoción, Admiración, Conexión, Esperanza, Cumplimiento de sueños.