La lectura. ¿Sabías que la lectura es una de las mejores formas de estimular el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños? ¿Y que el hábito de leer se forma desde la infancia, siguiendo el ejemplo de los padres? Así es, si los padres no leen, los hijos tampoco.
La lectura es una actividad que tiene múltiples beneficios para los niños y los adultos. Leer mejora la capacidad de atención, concentración, memoria, imaginación, creatividad, vocabulario, comprensión, expresión, pensamiento crítico y empatía. Leer también ayuda a reducir el estrés, a relajarse, a divertirse, a aprender cosas nuevas y a conocer otras culturas y puntos de vista.
Los padres son los primeros modelos de conducta para los hijos. Los niños observan lo que hacen sus padres y tienden a imitarlos. Por eso, si los padres leen con frecuencia y disfrutan de la lectura, los hijos también lo harán. Pero si los padres no leen o lo hacen de forma esporádica y obligada, los hijos no tendrán interés ni motivación por la lectura.
¿Qué consecuencias tiene esto para el desarrollo de los hijos?
Pues muchas y negativas. Los hijos que no leen tienen más dificultades para adquirir habilidades lingüísticas, comunicativas y cognitivas. Tienen menos vocabulario, menos capacidad de comprensión y expresión oral y escrita, menos pensamiento crítico y menos empatía. También tienen menos curiosidad, menos imaginación, menos creatividad y menos cultura general. Todo esto afecta a su rendimiento académico, a su autoestima, a su desarrollo emocional y social y a su futuro profesional.
Algunos consejos
¿Qué pueden hacer los padres para fomentar el hábito de la lectura en sus hijos?
- Lean ustedes mismos: algunos consejos Den ejemplo a sus hijos de que la lectura es una actividad placentera, útil y enriquecedora. Lean libros, revistas, periódicos o lo que les guste. Lean en diferentes momentos del día y en diferentes lugares. Comenten lo que leen con sus hijos y con otras personas.
- Lean con sus hijos: Desde que son bebés, lean cuentos con ellos. Hagan de la lectura un momento especial de conexión, afecto y diversión. Elijan libros adecuados a su edad e intereses. Dejen que ellos elijan los libros que quieren leer. Lean en voz alta, con expresividad y entusiasmo. Hagan preguntas sobre lo que leen, estimulen su imaginación y su pensamiento.
- Crean un ambiente lector en casa: Tengan libros a disposición de sus hijos en diferentes lugares de la casa. Hagan un espacio cómodo y acogedor para leer. Visiten bibliotecas y librerías con sus hijos. Regalen libros en ocasiones especiales. Suscríbanse a revistas o periódicos infantiles o juveniles.
- Apoyen la lectura en la escuela: Estén al tanto de lo que leen sus hijos en el colegio. Colaboren con los profesores en las actividades de lectura que propongan. Participen en los proyectos de lectura que se organicen en el centro educativo.
- No obliguen ni presionen a sus hijos a leer: La lectura debe ser una actividad voluntaria y placentera, no una obligación o un castigo. No comparen a sus hijos con otros niños lectores. No les impongan libros que no les gustan o que no entienden. No les exijan tiempos o niveles de lectura.
- Respeten los gustos y ritmos de sus hijos: Cada niño tiene sus propias preferencias e intereses a la hora de leer. Hay niños que prefieren leer cuentos, novelas, cómics, poesía, biografías o ensayos. Hay niños que leen rápido y otros que leen despacio. Hay niños que leen mucho y otros que leen poco. Lo importante es que lean lo que les gusta y como les gusta.
Recuerden que nunca es tarde para empezar a leer o para mejorar el hábito de la lectura. La lectura es una fuente inagotable de beneficios para toda la vida. Si los padres leen, los hijos también. Y si los hijos leen, serán más felices, más inteligentes y más exitosos.